en que estamos frente a un espejo
y nos espiamos desde aquel universo,
queriendo atrapar en un segundo
un centenar de recuerdos
Estamos allí sin movernos
tus ojos fijos en los míos
los míos sobre todo tu cuerpo
memorizando hasta el último cabello
Mi cabeza apoyada en tu pecho
mis manos cubriendo tus dedos
allí tan cerca mi cuerpo del tuyo
que podríamos fundirnos en uno
Tu voz se hace un hilo a lo lejos
historias, susurros, lamentos,
todos mueren en tus labios bellos,
que para mis oídos están en silencio
pero quietos los dos ahí permanecemos
Algún día despertaré de este sueño
aun así del otro lado del espejo
tus brazos aun rodearán mi cuerpo
tus palabras serán mi aliento
y tus besos serán mi sustento