Eres el
espíritu de mi tierra, caminante,
eres sol,
eres mar, eres brisa.
Eres el
sueño que evoca una sonrisa,
el heraldo
de la naturaleza amante.
Llevas los
colores, de manera dominante
En el alma,
en los ojos, en la camisa,
Impregnados
en tu esencia lasciva
Y en cada
mirada tuya, desafiante.
Eres la
eternidad de una fotografía constante
Eres caos y
el suave andar sin prisa
Eres la luna
llena, hermosa y sumisa
Y sin
embargo eres fuego vibrante
Eres, dulce
criatura errante
Una intriga
encarnada e imprevista
Un quizá, un
no creo, una agonía indecisa
Una fantasía
efímera y fascinante
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