Una mesa con dos sillas
En el centro limón sal y tequila
Pintura roja en las manos y las mejillas
Y una voz que canta intranquila
Con cuanto dolor se viven los días
Que el cuerpo, el corazón y el alma mutila
Pero el amor de dos almas continúas
únicamente en la belleza cavila
Recuerdo de dos mujeres sencillas
Inspiradas por el sufrimiento y la locura
Grabando en el tiempo una huella oscura
De una vida, en que los sueños son pesadillas
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